Sabes que el eterno dilema de tus vacaciones suele girar siempre en torno a dos variables sencillas: el tiempo y el espacio. Tras el verano, para muchos, la llegada del otoño, es la señal inequívoca de la vuelta a la rutina. Pero…
¿Y si no fuera así? ¿Y si fuera el otoño la solución a esa variable del tiempo? ¿Y si lo fuera, además, con la solución pareja de añadir, a la ecuación vacacional, la montaña?
El otoño en la montaña ofrece al viajante ser testigo de un tránsito maravilloso. La naturaleza se transforma descaradamente, la luz cambia bajo el mismo sol.

Si todavía no has conseguido solucionar el dilema de tus vacaciones, allá van tres destinos de montaña; diferentes y, sin embargo, tan conectados, como podría haber dicho el padre del concepto de naturaleza que todavía conservamos, Alexander Von Humboldt: La Massana, en el Principado de Andorra; la Sierra de Gredos, en plena meseta central de la península; y finalmente la Sierra de Aracena, en el norte de Huelva.
La Massana, Principado de Andorra
¿Quién dijo que Los Pirineos son para el invierno? ¿Quién que a Andorra se va sólo para esquiar? ¿Qué placeres esconde un paseo por los muchos senderos del Parque Natural de Valls de Comapredosa?
Nos vamos a Andorra, sí
Concretamente a la parroquia de La Massana, llamada así por el pueblo del mismo nombre. Estamos rodeados de bosques. Es otoño y es la montaña pirenaica. Como decía, la luz ya nos habla de la estación en la que nos encontramos. Es la forma en que los rayos rebotan en los troncos de los árboles, o quién sabe.
La Massana es un pueblo estupendo para hacer base: prueba a disfrutar de la montaña con Buscounchollo.com.

Para abrir boca puedes deleitarte con el estilo románico de sus construcciones. El pueblo alberga varias iglesias entre las que destacan la de Sant Cristòfol de Anyós y la de Sant Climent de Pal. Que te puede el interés, en el pueblo dispones de un estupendo centro de interpretación en el que estarán encantados de contarte de qué modo se introdujo el románico en Andorra. No es mal plan para empezar.
Como tampoco lo es disfrutando de la gastronomía propia andorrana. La variedad te puede llevar desde un restaurante al día en las últimas tendencias gastronómicas, hasta lugares típicos en los que saborear al más puro estilo tradicional, la combinación de setas (rebozuelos, neguillas, níscalos y rovellons) y verduras, con sabrosas carnes de caza. Necesitarás energía si de veras quieres aprovechar tu otoño en la montaña.
Qué no te puedes perder: bosques, lagos y cascadas
Sin duda, el Parque Natural de Valls de Comapedrosa. Cuenta con infinidad de senderos y refugios para todas las actividades propias de la montaña, también con un circuito para la interpretación de su flora y su fauna.

En el parque puedes disfrutar de todo tipo de aventuras y actividades de montaña. Para mi gusto, pasear entre Encinas de la Sarda, Enebros de la Val común o los densos pinares pirenaicos ya me resultan placeres más que suficiente.
Te invito a conocer el otoño en la montaña de Los Pirineos.
Encontrarás toda la información que necesites en la Oficina de Turismo de La Massana.
Sierra de Gredos
En este caso te propongo adentrarte en los interiores de la península ibérica. Con la ciudad de Ávila en su centro, es una de las sierras más grandes del Sistema Central, ocupando parte de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura y Madrid.

¿Qué te recomiendo en este caso? Montaña y más montaña
Cuatro moles graníticas conforman su orografía. Estamos en otoño, y lo más probable es que la nieve no haya hecho acto de presencia. Nos será más fácil, en nuestro caminar contemplativo, apreciar en el ascenso cuatro franjas de flora bien diferenciadas:
- Piso de la encina: entre los 300 y los 500 metros.
- Piso del roble melojo: de los 500 a los 1800 metros.
- Piso del piorno serrano: de 1800 a 2300 metros.
- Piso de los prados de cumbres: de los 2300 metros a los 2592, la altura de su pico más elevado, La Galana.
Todas las actividades de montaña que se te puedan ocurrir las puedes realizar en la Sierra de Gredos, desde paseos a caballo a la escalada.
Actividades enmarcadas en los bellos paisajes que ofrecen a los ojos lugares como la Laguna Grande de Gredos, la Cascada Los Galayos o el Prado de las Pozas.
¿Qué no te puedes perder?

El cielo nocturno. Así de sencillo: la cara norte de la Sierra de Gredos ostenta desde 2013 la Certificación Starlight, tal es la limpieza del cielo. Las estrellas siempre han guiado al ser humano. ¿Por qué no buscar orientación en la noche de otoño en la montaña de la Sierra de Gredos?
Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche
Y llegamos al sur. En pocos lugares se puede disfrutar el otoño como en este lugar, que parece haber sido diseñado especialmente por los dioses para esta época del año.
Recibe su nombre del pueblo onubense de Aracena. Un pueblo que bien te podría servir de base para tus paseos entre encinas de más de un siglo de edad. Allí, y siempre con la presencia constante de un otoño puro en la naturaleza que te rodea, no serán pocos los atractivos que te retengan:
- Una vista al Museo del Jamón
No lo había mencionado. Si quieres comer el mejor jamón serrano de auténtica pata negra del mundo, has encontrado tu destino perfecto.
- Visitar su castillo o la Iglesia de Nuestra Señora del Mayor dolor
Ambas construcciones del siglo XIII. El primero una fortificación musulmana y la segunda, en una curiosa contradicción, de origen templario, finalizando su construcción dos siglos después en un hermoso acabado de estilo gótico mudéjar.
Pero hemos dicho que Aracena sería pueblo base. ¿Para qué? Para dirigirnos en cualquier dirección de esta sierra otoñal y disfrutar de la dehesa.

La región, como buena zona de montaña que se precie, es rica en senderos. El bosque es esencialmente mediterráneo. Árboles bajos y sombra fresca. A veces las encinas se confunden con alcornoques, y al ascender abundan los robles rebollos, festoneados por hileras de roca gris. Hay días -la zona es una alta pluviosidad- que al caminar senderos, la lluvia es tan fina que se confunde con un aire extremadamente húmedo, algo realmente placentero.
¿Qué no te puedes perder?

Oculta hasta el siglo XIX es, sin duda, un regalo de la geología. Sus más de mil metros de longitud, lo son, en sus tres niveles. Estalactitas y estalagmitas embellecen el paseo por la asombrosa cavidad bajo tierra. La luz penetra en ella, se refleja en sus lagunas e iluminan sus salas bellamente decoradas por impresionantes formaciones calcáreas que se han ido creando milímetro a milímetro. La Gruta de las Maravillas, Salón de los desnudos, Cristales de Dios o el Baño de la Sultana, son algunos de los nombres que recibe este juego de la magia geológica. Así es la naturaleza a la poesía.
Otros pueblos de la zona que te recomiendo visitar son Almonaster la Real (su mezquita), Santa Ana la Real o pasar por la aldea ecológica El Calabacino.
Tal vez ya no quieras irte de allí jamás.