Día 1. De traslado
De aeropuerto en aeropuerto…
Día 2. Paseando por Bombay
Después de haberme levantado a las 4 de la mańana del viernes, el sábado lleguaba a las 5.40 de la madrugada (hora local) al aeropuerto de Bombay. Tardé dos horas en salir de él y coger un taxi, que, por otro lado, me pareció carísimo (r 590). Estaba realmente agotada para empezar una jornada de visitas a la ciudad, pero allá me dirigí a la «Puerta de India»(Gateway of India).

A pesar de ser temprano, ya había mucha gente haciendo cola para comprar la entrada para ir a La Isla Elefanta. Me planteé ir pero había mucha neblina y no se veía nada, así que decidí dejarlo para luego y, después de dar un paseo, y la procedente foto de familia sonriendo entre una pareja que no volveré a ver en la vida, me fuí a desayunar y tomar un buen café al recomendado cafe Delicatessen.

Me volví al puerto para ver el tema de la isla y resulta que se necesitan sobre 4 horas y prefería dedicarlas a pasear antes de que me diera el gran bajón. Me fuí al National Galleryof Modern Art pero estaba cerrado (11.30), asi que crucé la calle e intenté entrar en el Chhaatrapati Shivaji Maharaj Vastu Sangrahalaya (Prince of Wales Museum), pero también estaba cerrado (10.30), por lo que me eché a andar hacia la Corte Suprema y Universidad. La verdad…, pues que son edificios coloniales muy bonitos, pero me parecía estar en cualquier parte menos en India (si consiguiese tapar los oídos al 90% y librarme del horror de los bociazos).
Volví al Prince of Wales y allí me perdí una hora. No está nada mal la colección variada que tienen.


Al final decidí no ir al Museo de Arte Moderno, seguí calllejeando hasta llegar al impresionente edificio del Victoria Terminus que es una enorme estación de tren. El bullicio allí se me multipicó por 5 y el caos te recordaba que estabas en India.

Como a estas alturas ya estaba muy cansada decidí ir a comer al primer restaurante local que me encotrase y donde cuando dices «no spyce» te traen algo que no puedes terminar porque ya no tienes paladar! Una pena, porque estaba muy rico.
Desde allí me puse en dirección a la otra estación de tren, la Central, recorriendo gran parte de la ciudad a pie, la verdad, desfallecida entre el cansancio, el sueño y la humedad. La sorpresa fué que el tren me costó 10 rupis, frente a los 590 del taxi de la mañana.

Ese traslado me encantó, en mi vagón estaríamos unas 80 mujeres y cada una de diferente forma vestida: saris,vaqueros, velos, chicas fashion, novicias,… creo que nunca vi tanta variedad de mujeres junta! Con la ayuda de una de ellas, cogí un tuktuk que me llevó por 70 rupis (total, 80, frente a los 590 del taxi). Sobre este caótico aeropuerto haré una entrada aparte, porque tiene miga también el «guarda equipaje».
Ahora estoy esperando ya cerca de la puerta de embarque, después de que me quisieran quitar las pinzas de las cejas y tampoco me quisieran dejar subir los 12 kg que llevo en total (max 7), pero me me salí co la mía! Tengo ganas de dejar todos los regalos, turrones y mazapanes en Chennai y aligerarme un poco…
Ah, me regalé un masaje thai en el aeropuerto que estuvo de vicio!
Llegaré cerca de la 1 de la mañana al hotel que, espero, Aruna me ha reservado! Qué ganas tengo de verla! Ahora me toca seguir esperando 6 horas hasta poder dormir… me muero de sueño…